Franquicias: fórmula destinada a la internacionalización
Muchas de las empresas que tienen capacidad para expandirse deciden hacerlo a través del modelo de franquicias. Descubren que es un sistema de expansión que tiene muchas más ventajas para ellos, especialmente si tenemos en cuenta que penetrar en nuevos mercados nunca ha sido fácil.
El primer elemento que hay que tener en cuenta en la internacionalización de una empresa es el conocimiento del mercado en el que vamos a entrar. Si nos encontramos con que no conocemos la demanda, ni la legalidad de ese país, ni tenemos demasiadas posibilidades de abrir allí un negocio, lo mejor es captar a un empresario o emprendedor residente en el lugar.
Puede ser una empresa ya establecida que vaya a trabajar con nuestra enseña, convirtiéndose en franquicia, o bien puede ser un inversor o emprendedor que quiera empezar desde cero. Lo importante es que es una persona ya establecida allí, probablemente con experiencia y capacidad para poner en marcha el negocio.
Por otro lado, la inversión para un franquiciador es mucho más baja si operamos bajo un sistema de franquicias, estandarizando procesos y cobrando cánones y royalties, que si abrimos establecimientos propios, que siempre implican más riesgo y un desembolso inicial más elevado.
En ese sentido, el modelo de franquicia aporta mucha más seguridad y flexibilidad, además de que es mucho más fácil para una empresa expandirse más rápidamente con la franquicia, que teniendo que planificar y destinar inversión a cada uno de los establecimientos propios.
En definitiva, que si estás pensando en expandir tu negocio al extranjero, has de contemplar el modelo de explotación de franquicias como una de las alternativas más interesantes para hacerlo al menor coste y obtener más beneficios.
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